El cambio climático cambia la práctica de actividades de alta montaña en los Alpes


El cambio climático afecta a los Alpes modificando el paisaje por la progresiva reducción de la nieve, limitando u obligando a los excursionistas y escaladores a hacer las cosas de otro modo.

No es una novedad que el calentamiento global está acabando con los glaciares de los Alpes en general, si bien su retroceso están afectando más unas zonas que otras. En algunos de sus puntos incluso está poniendo en jaque a las estaciones de esquí, y se espera que en cuatro décadas desaparezcan todos los glaciares por debajo de los 3.000 metros de altitud.

Estos cambios no sólo suponen menos nieve, sino una serie de problemas que afectan a los asiduos de la práctica de las actividades de montaña. Por ejemplo, las paredes rocosas son más inestables, aumentan los deslizamientos, la caída de rocas y, a efectos prácticos, ha de caminarse más para llegar hasta los glaciares, se hace más difícil el paso de glaciar a la roca, siendo ahora más peligroso.

Esto es así porque el derretimiento de los glaciares modifica la transición del hielo a las rocas a consecuencia de la pérdida de metros de espesor que éstos han experimentado por las altas temperaturas estivales.

Además, los guías de montaña y expertos en general han de modificar las rutas, normalmente aumentando la duración de las caminatas o trayectos para llegar hasta los glaciares o para pasar del hielo a la roca, buscando siempre que éstos sean lo más seguros posible.

Al transcurrir el verano, las dificultades han ido aumentando y se ha de tener más cuidado conforme avanzaba el período estival. Como ventaja, también es cierto que en muchas de las rutas ya no es necesario llevar pesadas mochilas cargadas con calzado especial para el hielo, carampones, piolets y demás accesorios utilizados por montañistas en travesías donde esté presente el hielo.

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