La costa de Cuba en peligro por el cambio climático


Científicos cubanos han estudiado los efectos del cambio climático sobre los casi 6.000 kilómetros de costa de la isla y las conclusiones han sido tan preocupantes que no han querido hacer públicos los resultados para no causar pánico entre la población.

Los científicos creen que el aumento del nivel del mar podría dañar a unos 122 municipios cubanos cercanos a la costa. Muchos podrían incluso desaparecer bajo las aguas. Además, algunas fuentes de agua dulce quedarían contaminadas por agua salada, mientras que algunas tierras de cultivo ahora fértiles quedarían inservibles.

Según el estudio, el agua de mar penetraría hasta dos kilómetros tierra adentro en las zonas más bajas. Se calcula que el nivel del mar aumentará unos 85 centímetros para el año 2100. Muchas dunas de arena y manglares, la mejor protección natural contra el aumento de los mares, han desaparecido durante las pasadas décadas.

En los últimos meses, equipos de demolición han comenzado a arrasar miles de casas, restaurantes, hoteles y muelles para devolver a la costa parte de su estado natural.

Un asunto de seguridad nacional


Cuba es una isla larga y delgada y, por tanto, la protección de la costa es un asunto de seguridad nacional, ha dicho Jorge Álvarez, director del Centro de Control e Inspección del Medio Ambiente del Gobierno de Cuba. Pero también hay que tener en cuenta las necesidades de las familias que viven en esas zonas y el turismo, que proporciona unos 2.500 millones de dólares al año a la economía cubana y es la mayor fuente de divisas.

El Caribe es una de las regiones más expuestas al clima extremo que se espera para las siguientes décadas. Cientos de pueblos están amenazados por la subida del nivel del mar y por los huracanes, que serán cada vez más frecuentes y potentes.

Desde 2000, Cuba tiene una ley de protección de las costas que prohíbe la construcción de edificaciones sobre la arena y a menos de 40 metros de la zona de dunas. Pero el cumplimiento estricto sólo se ha producido en los últimos meses. Las primeras demoliciones se han llevado a cabo sobre hoteles, clubes sociales, instalaciones militares y otros edificios públicos. Pero a partir de ahora se harán también en casas particulares.

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