Las ciudades que tratan de mitigar el cambio climático son más saludables


Los Gobiernos de todo el mundo están llevando una irregular lucha contra el cambio climático, sin consenso, haciendo cada uno la guerra por su lado. La economía sigue mandando. Y, en muchos casos, también, el orgullo nacional mal entendido: «ningún otro país me tiene que decir lo que tengo que hacer».

Mientras, muchas grandes ciudades sí han decidido que no se puede esperar más para luchar contra el cambio climático. Quizá el caso más patente sea Nueva York. Ahora, un informe de la organización Carbon Disclosure Project (CDP) titulado Wealthier, healthier cities afirma que las ciudades que llevan a cabo acciones para combatir los efectos del cambio climático, no sólo reducen su huella de carbono, sino que, además, también disminuyen los costes energéticos, ahorrando millones de dólares cada año.

Y no sólo eso. Además de emitir menos gases de efecto invernadero y ahorrar dinero, los ciudadanos tienen una vida más saludable. Luchar contra el cambio climático es beneficioso en todos los sentidos.

El informe Ciudades más ricas y saludables ha analizado las estrategias de gestión de emisiones de carbono y del agua que se desarrollan en más de un centenar de ciudades. Una de las mayores ventajas de este tipo de políticas es el ahorro por una mayor eficiencia energética. Para reducir sus emisiones, una de cada dos acciones emprendidas por las ciudades se hace en este sentido.


Por otra parte, se impulsa la economía local, ya que el 62% de estas acciones atraen nuevas inversiones. Sao Paulo, en Brasil, es un buen ejemplo de ello: allí están aumentando las industrias relacionadas con las tecnologías limpias, como las de los subsectores de los coches eléctricos o los carburantes limpios como el bioetanol.

La economía verde atrae inversiones

Además, a menudo las grandes ciudades son un ejemplo para el resto del país, que puede imitar las buenas prácticas ambientales y las estrategias para combatir el calentamiento global. En Buenos Aires se han creado más de un centenar de nuevos carriles bici, disminuyendo el tráfico motorizado y, por tanto, también las emisiones de gases contaminantes. El ciclismo y caminar en vez de desplazarse el coche beneficia la salud de los ciudadanos.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, también apoya la idea. La economía verde es una oportunidad para crear empleo y atraer inversiones, al tiempo que se reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2), ha señalado.

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