Sequías en el norte de Brasil y en Namibia


En el noreste de Brasil sufren la peor sequía de los últimos cincuenta años. Una de las consecuencias más terribles de la situación es la falta de agua potable. Algunas zonas llevan sin ver una sola gota de lluvia desde hace más de un año. Más de 400.000 hogares se enfrentan a la escasez de agua potable.

En Pernambuco, hay zonas sin un sistema de distribución de agua o pozos. Allí hay aguadores que llevan el agua en burros para distribuirla entre la población. Algunos vendedores de agua almacenan agua en embalses subterráneos de sus casas para ir vendiéndola según las necesidades de la gente. Unos 17.000 litros de agua valen 200 reales brasileños (90 dólares).

Ahora, hay tanta demanda de agua potable que la gente se ve obligada a hacer una reserva a los vendedores. La demanda ha aumentado hasta límites insospechados. A veces, los aguadores no pueden servir a todos sus clientes. El Gobierno proporciona agua gratis para las familias más pobres.

Namibia, la peor sequía en 30 años

Namibia es el país más árido del África subsahariana. La mayor parte del país tiene un clima desértico o semidesértico. Sólo hay lluvias escasas en el norte y el este, que, habitualmente, cae entre noviembre y abril. En la capital, Windhoek, puede caer una media de 355 mm de lluvia. Este abril, han caído menos de 150 mm, un 40% menos que la media.

Esta tendencia es similar en todo el país y muchas cosechas se han perdido. En mayo, el presidente Pohamba Hifkepunya declaró el estado de emergencia y prometió 20 millones de dólares para ayudar a las familias más afectadas. Pero la sequía continúa y muchos ganaderos no pueden encontrar alimento para su ganado y tienen que venderlo.


Además, algunos pastores de la vecina Angola cruzan la frontera en busca de alimento, lo que provoca enfrentamientos tribales. Según Naciones Unidas, es la peor sequía en esta generación y hay más de cien mil niños en riesgo de desnutrición.

La agricultura representa sólo el 5% de la economía, pero un tercio de los namibios dependen de alguna forma de agricultura de subsistencia. No se espera lluvia hasta noviembre, así que, en los próximos meses, la situación empeorará.

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