Aunque Estados Unidos no es precisamente el país que más respeta los acuerdos internacionales en la lucha contra el cambio climático, sí lleva a cabo algunas iniciativas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Tanto es así que, sorprendentemente, la cantidad de dióxido de carbono que el país norteamericano libera a la atmósfera se ha reducido hasta alcanzar el nivel más bajo en veinte años.
La principal razón ello, según el Gobierno, es que muchas plantas termoeléctricas han sustituido el contaminante carbón por gas natural, que, además, es más barato. En 2005, el carbón se utilizaba para producir casi la mitad de la energía en Estados Unidos. Para marzo de 2012, la cifra cayó a 34%, su nivel más bajo en cuarenta años. Lo contrario que en otros países como España que apuesta incomprensiblemente por el carbón.
Los científicos se han llevado una grata sorpresa. No habían previsto esta situación porque el descenso ha sido causado por las fuerzas económicas en vez de por acciones directas de los gobiernos estatales o federal. Bien, se demuestra una vez más que luchar contra el cambio climático mejora la economía.
Michael Mann, director del Centro de Ciencias del Sistema Terráqueo en la Universidad de Penn State, ha señalado que tiene un «optimismo cauteloso». Y afirma que «a fin de cuentas, las personas (y empresas) hacen caso a sus billeteras» también en el asunto del cambio climático.
Los científicos lo tienen claro: si se consigue que la energía limpia sea más barata, nadie querrá usar los combustibles fósiles, que contaminan más.
El buen dato proviene de la Agencia de Información de Energía, parte del Departamento de Energía de Estados Unidos, que informó que, en agosto, las emisiones de CO2 en los primeros cuatro meses de 2012 bajaron hasta niveles de 1992.
En todo caso, tampoco hay que olvidar los esfuerzos de conservación ambiental, la caída de la economía y el mayor uso de fuentes renovables, factores que también influyeron en la disminución de los niveles de CO2. Según la Agencia Internacional de Energía, Estados Unidos redujo sus emisiones de CO2 más que cualquier otro país en los últimos seis años.