Reducir la huella de carbono es esencial para combatir las consecuencias negativas del cambio climático. Hasta aquí, todo bien. El problema se presenta cuando se intenta calcular esta huella de carbono. Es relativamente fácil calcular las emisiones de una persona en su vida diaria. De hecho, hay aplicaciones en Internet que permiten hacerlo cómodamente desde casa.
En el caso de las empresas, el cálculo de la huella de carbono se complica, pero ya hay varias empresas que, no sólo realizan el cálculo, sino que también asesoran y facilitan la inversión en proyectos que compensen sus emisiones contaminantes. Se puede calcular, así mismo, de manera bastante aproximada, la huella de carbono de una región o de un país. Pero aún se complica más el cálculo si lo que se quiere es saber cuántas emisiones produce el comercio internacional.
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