La última glaciación estuvo influida por la emisión de CO2


La variación de dióxido de carbono (CO2) y la temperatura en el hielo de la Antártida puede explicar la glaciación que ocurrió en el Pleistoceno, un fenómeno que, aún en la actualidad, puede estar influyendo en el clima actual. La importancia de las emisiones de CO2 en la producción de los grandes cambios climáticos (como las glaciaciones) aún se discute.

Los científicos, en todo caso, sospechan que el CO2 fue el que originó el calentamiento del planeta que terminó con la última edad de hielo, hace entre 10.000 y 20.000 años. Hasta ahora, el papel del dióxido de carbono (CO2) en el fin de la última glaciación no estaba claro. Sin embargo, se han encontrado muestras de hielo en la Antártida en las que se ha observado que el aumento de temperaturas precedió a la concentración de CO2. Así lo afirma Jeremy Shakun, del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Harvard y responsable de esa investigación.

Los escépticos del cambio climático niegan que el aumento de la temperatura se deba a los gases de efecto invernadero (entre otros, el CO2). Para defender esta tesis, el final de la última edad de hielo se explica por una ligera variación de la órbita de la Tierra, lo que habría provocado un aumento del impacto de las radiaciones en la superficie terrestre.

Los climatólogos del equipo de Shakun sostienen en cambio que la acumulación de los niveles CO2, aunque no hayan creado el calentamiento, lo amplificaron considerablemente. Las burbujas de aire atrapadas en las muestras revelan el nivel de CO2 de la atmósfera a nivel global, pero las temperaturas registradas en esas muestras sólo reflejan las variaciones en el lugar de la extracción. Esas temperaturas serían entonces representativas de la Antártida y no de todo el planeta.

Los climatólogos reconstruyeron el modelo climático de la última glaciación utilizando ochenta muestras geológicas (sedimentos marinos, terrestres y núcleos de capas de hielo) procedentes de diferentes zonas del planeta. Los resultados demuestran que el CO2 fue el principal causante del final de la última edad de hielo. La variación orbital fue el desencadenante, pero el nuevo estudio demuestra que el CO2 fue el factor más importante.

Hay, pues, una correlación entre las temperaturas globales y el aumento de CO2. Y más importante aún: el aumento de CO2 es posterior al calentamiento en la Antártida, pero precedió al calentamiento global.

La variación de la órbita terrestre inició el deshielo de una parte del casquete glaciar que recubría América del Norte y Europa, lo que provocó el vertido de millones de litros de agua dulce en el Atlántico norte, perturbando las corrientes oceánicas que redistribuyen el calor a escala planetaria.

Ese proceso acarreó el derretimiento del banco de hielo y liberó en la atmósfera el CO2 que había permanecido capturado hasta entonces en el océano. A su vez, el aumento de las emisiones de dióxido de carbono explica, finalmente, el calentamiento global.

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