Más carbón, más calentamiento global


En el sistema económico todo está relacionado. Si se sigue usando el carbón para producir energía, las renovables no se desarrollarán tan rápido como sería conveniente. En cambio, si se prohibiera seguir usando el carbón, no habría más remedio que impulsar las renovables con mucha más decisión a como se está haciendo en la actualidad.

La organización Greenpeace lo sabe y por eso protesta por el uso de esta fuente de energía contaminante. En Estados Unidos, cinco de sus activistas han sido detenidos por escalar la planta de generación de carbón de Bridgeport Harbor, una acción que es su forma de exigir que la planta sea cerrada y que el carbón deje de ser el combustible para la generación de electricidad.

En la cima de uno de los elevadores de la planta, los activistas colocaron una pancarta rectangular de 85 metros cuadrados donde se podía leer «Apaguen esto. Dejen el carbón», mientras a pocos metros observaban la protesta los directivos de Public Service Enterprise Group, al que pertenece la instalación contaminante.

Esta planta ha sido muy criticada por poner en peligro la salud de los residentes de Bridgeport, incluidos los niños que asisten a las seis escuelas situadas a un radio de kilómetro y medio. A escala nacional, la contaminación de las chimeneas de las centrales eléctricas que funcionan con carbón provoca la muerte de 13.000 personas cada año en Estados Unidos, así como 20.000 ataques cardíacos, 217.600 ataques de asma y 1.627.800 días de bajas laborales. El carbón es la mayor fuente de contaminación causante del calentamiento global en aquella nación.

La planta de Bridgeport emite más de 3 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a pesar de que ya existen otras opciones de energía limpia y renovable. Además, emite 2.800 toneladas de dióxido de azufre, 2.200 toneladas de óxido nitroso y más de 22 kilos de mercurio al año. Para más inri, la mayor parte del carbón que se quema en esta planta proviene de Indonesia, donde los trabajadores extraen el carbón en medio de una flagrante violación de los derechos humanos.

La protesta se realizó mientras el barco de Greenpeace Arctic Sunrise continúa la ruta «Un futuro libre de carbón». El Arctic Sunrise se encuentra actualmente en su última parada, en Boston, Massachusetts.

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