Proyecto Locaw


El cambio climático es definitivamente (¡por fin!) uno de los problemas que más preocupa a la opinión pública, según muchas encuestas, y, por consiguiente, un tema que los políticos se han visto obligados a incluir en sus agendas. Es uno de los grandes desafíos de este siglo y se están tomando cada vez más medidas al respecto. Tanto las medidas individuales como las colectivas son importantes para esta lucha.

La reducción de emisiones de efecto invernadero es la principal línea de actuación para luchar contra el cambio climático. Entre los proyectos colaborativos se acaba de constituir un plan europeo llamado Locaw (Low Carbon at Work, Bajo Carbono en el Trabajo), que coordinará la Universidad de La Coruña (España) y que agrupa a otras siete universidades de la Unión Europea, además de a seis organizaciones públicas y privadas. El objetivo de este proyecto es desarrollar un modelo que permita luchar contra el cambio climático reduciendo las emisiones en el lugar de trabajo y en la vida diaria de cada ciudadano.

La iniciativa ha sido financiada con millón y medio de euros dentro del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo (I+D) de la Unión Europea. Será coordinado, desde La Coruña, por el profesor de Psicología Social y Ambiental, Ricardo García Mira. El profesor García Mira ha señalado que es la primera vez que en la historia que la Universidad de La Coruña coordina un proyecto europeo de este tipo.

El objetivo de Locaw es analizar las prácticas cotidianas en el lugar de trabajo para descubrir los factores que promueven y los que impiden la transición, tanto de empresas como de ciudadanos, hacia una forma sostenible de producción y consumo. Así, se analizarán conductas ambientales en la estructura de la empresa y en los propios trabajadores en seis grandes instituciones y compañías. Una de ellas será, precisamente, la propia Universidad de La Coruña. Otras compañías y organismos públicos que se analizarán serán British Petroleum (Gran Bretaña), Volvo (Suecia), Solaris (Italia), la empresa pública rumana Aquatim o el Ayuntamiento holandés de Groningem.

En cada una de ellas, se analizarán aspectos como el consumo de energía, la generación de residuos sólidos o el uso del transporte. Las conclusiones a las que lleguen los investigadores se utilizarán como punto de partida para desarrollar modelos que reduzcan las emisiones de CO2.

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