Nos acercamos al punto de no retorno


Puede parecer de un pesimismo terrible, pero inexorablemente nos acercamos a un punto de no retorno, a un estado del clima que el ser humano no podrá controlar aunque comience a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y si se acerca ese punto es porque no se está haciendo lo suficiente para reducir esas emisiones. Quizá estemos frenando la velocidad que nos lleva al desastre, pero, aunque tardemos más tiempo, nos caeremos por el precipicio. Cuando el autobús vuele por los aires ya no se podrá hacer nada más que cerrar los ojos y esperar el choque.

Se ha publicado un artículo en la revista Nature que avisa de un posible cambio del estado planetario actual. Según las conclusiones, la posibilidad de alcanzar un punto de no retorno de la situación está cada vez más cerca y las principales causas son el consumo de combustibles fósiles y el crecimiento de la población mundial.

Jordi Bascompte, investigador de la Estación Biológica de Doñana del CSIC y coautor del trabajo, ha señalado que los cambios parecen producir alteraciones en la química de la atmósfera y los océanos, y grandes trastornos en los flujos de energía en toda la cadena alimentaria. Por tanto, el cambio es global.

El incremento de la población supone un mayor consumo de recursos (energía, agua, alimentos…), pero también implica la transformación y fragmentación del paisaje, que altera las condiciones atmosféricas, oceánicas y terrestres, algo que, por su parte, amenaza la supervivencia de la biodiversidad. El planeta es un sistema interconectado y cuando varía uno de sus elementos, produce cambios en el resto de componentes.

El artículo señala otros aspectos, como una pérdida de la productividad en las tierras de cultivo, una menor capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) y el colapso de las reservas de las pesquerías.

Incluso las regiones que no han sufrido apenas una alteración, sufrirán las consecuencias si los impactos directos superan el 50%. Si la tasa de incremento de la población se mantiene y también lo hace el nivel de consumo de los recursos, este porcentaje será alcanzado hacia el año 2025 y llegará al 55% en 2045.

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