Más de un animal y ecosistema están amenazados por el cambio climático y el calentamiento global. Y, ahora, se suma un nuevo grupo de especies animales. Son las aves de montaña, cuyo número de poblaciones está descendiendo como consecuencia del impacto que están teniendo los cambios de temperatura y también las modificaciones en el uso del suelo.
La alerta
El calentamiento global está pasando factura a las aves de montaña. Sus poblaciones están en declive, según se recoge en los datos de SEO/BirdLife. Es una situación que afecta, principalmente, a especies concretas como el roquero rojo o la alondra.
Las aves de montaña también se localizan en otros hábitats en los que se observa una tendencia más estable. Es el caso del colirrojo tizón, la collalba gris o el escribano montesino.
Los datos de la organización reflejan que las montañas albergan el 15% de la población mundial de aves. Además, concentra alrededor de la mitad de la reserva de la diversidad biológica del mundo.
Estas aves están amenazadas por el derretimiento de los hielos producido por el cambio climático. Un factor al que se une la sobreexplotación. La situación es preocupante porque se encargan de suministrar agua dulce a la mitad de la humanidad.
De este modo, si el derretimiento del hielo se produce a una velocidad sin precedentes, el suministro de agua dulce de millones de personas se vería amenazado, según explican desde la organización.
ODS
Desde la organización señalan que es clave la conservación de las aves de montaña, cuya preservación está además alineada con el objetivo 15 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El objetivo del ODS 15.4 para el año 2030 es velar por la conservación de los ecosistemas montañosos, incluyendo su diversidad biológica con el fin de mejorar su capacidad de proporcionar beneficios esenciales para el desarrollo sostenible.
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