El fondo marino, por su capacidad de almacenar dióxido de carbono, se ha convertido en clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, para que todas las acciones que se lleven a cabo en esta dirección puedan tener un buen resultado, es necesario detectar las posibles fugas de CO2. Un aspecto en el que un grupo de investigadores ha avanzado con el fin de evitar que se pierda parte de ese almacenamiento en el fondo del océano.
La investigación
Detectar estas fugas de CO2 del fondo marino no es fácil porque no se dispone de las herramientas adecuadas para esta función, siendo necesario un sistema fiable que permita detectar y analizar los puntos de las fugas de estos gases.
En esta línea, han avanzado un grupo de investigadores que han estudiado las diversas fuentes de liberación de CO2 en la costa de Italia para lo que han desarrollado varios modelos, que podrían tener traslación a otros lugares de almacenamiento.
El estudio se centró en investigar los cambios de pH cerca del CO2 natural, que se filtra en el área cercano a Panarea, una pequeña isla que está situada frente a la costa del Norte de Sicilia.
Los investigadores tuvieron que utilizar buzos e instrumentos basados en barcos con el fin de recolectar las muestras de gas y de agua de las columnas de CO2 submarinas. Así pudieron extraer datos para la validación de un modelo virtual que desarrollaron para predecir los cambios de pH en el agua como resultado de la fuga de gas.
Resultados
La simulación realizada puso de manifiesto que más de 79% del CO2 se disolvió a cuatro meses del fondo marino. Aparte, se detectó que era posible predecir un patrón de variación de pH en las aguas que rodeaban el sitio de fuga, que era similar a los datos reales recopilados por sensores remolcados bajo el agua.
Unos resultados por los que este modelo podría ser utilizado para guiar las estrategias de muestreo durante el monitoreo de los sitios de almacenamiento y para estimular los impactos de las emisiones de CO2 en el medio marino.
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