América Latina tendrá que destinar, en los próximos veinte años, el 0,27% de su producto interior bruto (PIB) para combatir los efectos impredecibles del cambio climático, esto es, fenómenos climatológicos extremos que se producirán en la región de forma más acusada que en el resto del mundo. Así lo ha afirmado un experto del Banco Mundial.
La economía de la región alcanzará los 7,4 billones de dólares para el año 2020, según aseguró en una conferencia el director del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial para Latinoamérica y Caribe, Ede Jorge Ijjasz Vásquez, un ingeniero colombiano.
El ingeniero considera que uno de los puntos más preocupantes del cambio climático es que sus efectos aún son impredecibles, lo que obliga a las naciones a planificar estrategias a largo plazo y a construir estructuras sólidas.
Ante tal situación, el Banco Mundial quiere promover el crecimiento verde, que persigue, entre otros puntos, separar el ritmo del crecimiento de la economía del uso de los recursos naturales y el daño ambiental. En este sentido, el organismo internacional impulsa la aplicación de la eficiencia y la correcta planificación en áreas como el sector de la energía, los recursos hídricos, la ganadería y la agricultura, así como cambios de consumo e innovación en la tecnología.
El crecimiento verde tiene que suponer un crecimiento más limpio, más eficiente y más seguro. Pero, además, si se quiere que sea un motor de desarrollo, el crecimiento verde tiene que ser inclusivo, equitativo y debe comenzar a desarrollarse desde ahora mismo.
Como ejemplo de malas prácticas, el experto señaló el caso de los 9.000 millones de dólares que México destinó al subsidio para el sector eléctrico y que finalmente benefició a más del 20% de la clase más rica del país y sólo al 2% de los más necesitados.
También denunció el apetito incontenible de los inversionistas, ante lo cual sólo cabe la firmeza y la cautela de los gobiernos elegidos democráticamente.