Es una noticia que saca de quicio a cualquiera. ¿No se supone que los científicos deberían ser los primeros en hablar del cambio climático? Así es, muchos lo hacen, pero no todos de forma objetiva. El profesor Wei-Hock Willie Soon, uno de los científicos más populares del planeta, se dejó camelar por el dinero de algunas petroleras para negar el cambio climático.
Greenpeace solicitó la Ley de Libertad de Información y la administración de Estados Unidos confirmó que este señor había recibido importantes cantidades de dinero por dar una opinión equivocada (se habla de 1,2 millones de dólares).
No podrá ser juzgado por ello
No se le puede imputar ningún delito por lo que ha hecho, pero es evidente que desde el punto de vista ético es una persona que deja mucho que desear. Durante varios años estuvo cobrando por mentir a los ciudadanos, publicando una serie de artículos en los que rechazaba la teoría del calentamiento global por culpa de los combustibles fósiles.
En su lugar de trabajo habitual, el Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica (CfA), han abierto una investigación para saber hasta qué punto su conducta no ha sido ética.
Siempre se ha manifestado en contra de los miembros del IPCC, un grupo de expertos que estudian el cambio climático bajo el paraguas de la ONU, algo que encendió todas las alarmas. Se sospechaba que tenía algún interés oculto por decir lo que decía, y por fin se ha demostrado. Lo malo es que no será ni el primero ni el último que esté involucrado en un escándalo similar. El dinero lo compra todo, incluso los discursos de algunos de los hombres más inteligentes del mundo.