Cada especie tiene unas características y rasgos diferenciadores. Son particularidades que no solo sirven para diferenciarse del resto, sino que también son decisivas a la hora de enfrentarse al cambio climático. Mientras unas especies tienden a perderse o se amilanan, otras muestran una mayor fortaleza. Es el caso de los pinos silvestres.
Los pinos
La relación entre los diferentes rasgos de las especies y su respuesta a las distintas condiciones ambientales ha sido objeto del nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores europeo del que forman parte la Universidad Rey Juan Carlos y el Museo Nacional de Ciencias Naturales.
La investigación viene así a ahondar en los vínculos entre los rasgos, ya que pueden ser decisivos para preservar la subsistencia. El estudio, además, a diferencia de otros realizados también se diferencia en que, anteriormente, las características se habían estudiado de manera independiente.
Fruto de este estudio, el equipo ha detectado que los árboles de la especie Pinus sylvestris, es decir, pino silvestre, son diferentes a lo largo del gradiente geográfico y climático.
De este modo, se han estudiado cómo varían los rasgos y su coordinación o covariación en su área de distribución en Europa, comprendiendo desde las montañas mediterráneas hasta los bosques boreales de Escandinavia. Esto ha permitido explorar el papel que tiene la integración fenotípica en la respuesta de esta especie a gradientes ambientales a distintas escalas.
Este estudio ha hecho posible comprobar que en la zona del centro del continente hay árboles que presentan características más competitivas como, por ejemplo, mayor tamaño y hojas más productivas.
Muestra
El estudio ha analizado el fenotipo o conjunto de características de más de 500 pinos procedentes de pares de poblaciones a lo largo de su área de distribución europea, analizándose 25 pinos en cada población con el fin de medir diez rasgos con la capacidad, tamaño de la planta, tronco y hojas.
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