Se han encendido todas las alarmas en un lugar tan precioso como el Parque Nacional de Doñana. Un grupo de científicos han aprovechado un espacio dedicado en la revista «Science» para comunicar al mundo que hay lugares emblemáticos que están en peligro. La selva amazónica y la Gran Barrera de Coral tampoco se libran de los efectos negativos del cambio climático.
Un aviso muy serio
Son tres lugares Patrimonio Mundial de la Unesco demasiado vulnerables al calentamiento global. Científicos de la Universidad de Columbia, la Real Academia sueca de Ciencias, la Universidad James Cook (Australia) o la Estación Biológica de Doñana (CSIC) han puesto el grito en el cielo para que los Gobiernos se movilicen y propongan soluciones, pero por ahora nadie quiere dar un paso hacia adelante porque los intereses económicos están siempre por encima.
¿Por qué?
En la selva amazónica la gran amenaza es la deforestación y el desmonte de tierras, mientras que en la Gran Barrera de Coral la sobrepesca está haciendo mucho daño. ¿Qué es lo que sucede en Doñana? Pues que la contaminación por fertilizantes está acabando con las especies que viven allí. El ecosistema está en serio peligro y lo que se conoce como un paraíso para las aves, puede convertirse en un cementerio.
Aves, plantas y mucho más en peligro
Allí hay especies de invertebrados y plantas únicas agonizando, además de medio millón de aves que lo están pasando mal por culpa de los fertilizantes agrícolas y las aguas residuales urbanas. Las algas tóxicas están proliferando y el problema se agrava por momentos. Y no solo eso, sino que también hay que considerar los efectos negativos para el turismo de playa y el cultivo de la fresa, dos de los motores económicos de la zona.