Se ha descubierto un nuevo efecto colateral del cambio climático. Colateral y retroactivo, pues puede contribuir a que el fenómeno continúe produciéndose. El aumento de las temperaturas en el Ártico está causando la liberación de contaminantes tóxicos que, durante años, habían sido atrapados y retenidos en el hielo de la zona, así como en la nieve y las propias aguas del océano.
Este nuevo estudio se ha elaborado analizando los datos recogidos del aire de lugares como el archipiélago de Svalbard en Noruega o la provincia canadiense de Nunavut. Los investigadores han señalado que hay evidencias de que sustancias químicas artificiales denominadas COP (contaminantes orgánicos persistentes) -en inglés, POP (Persistent Organic Pollutants)- han vuelto a la atmósfera del Ártico durante los últimos veinte años.
Algunos de ellos son productos químicos prohibidos hace décadas que, con el tiempo, pueden llegar a la cadena alimentaria, al agua y, en definitiva, pueden llegar a acumularse en la grasa corporal de seres humanos y otros animales. Estos productos químicos son semivolátiles, ha avisado Haley Hung, de la División de Medio Ambiente de Canadá y coautor del estudio, que ha sido publicado en la revista Nature, es decir, que si las temperaturas son lo suficientemente altas pueden volver a la atmósfera.
Este tipo de productos tóxicos son muy dañinos para el medio ambiente y, en especial, para el ser humano, ubicado en lo más alto de la cadena alimentaria. Estas sustancias se acumulan en los tejidos grasos y permanecen en el medio ambiente durante mucho tiempo, provocando daños en los ecosistemas. En el ser humano, pueden producir cáncer, variar la capacidad reproductiva de algunas especies, alterar el desarrollo intelectual de los niños, debilitar el sistema inmunológico, etc.
Desde la Convención de Estocolmo se han pedido medidas internacionales para evitar la producción de la llamada «docena sucia», esto es, doce COP agrupados en tres categorías:
1. Pesticidas: aldrina, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, mirex y toxafeno.
2. Productos químicos industriales: hexaclorobenceno (HCB) y bifenilos ploriclorados (PCB).
3. COP producidos de forma no intencional: dioxinas y furanos.