Bangladesh es uno de los países que menos contribuye al cambio climático, pero que más va a sufrir sus consecuencias. Una injusticia climática, quizá se podría denominar. El país fronterizo con la India precisamente consiguió su independencia hace ahora casi cuarenta años, cuando el Gobierno indio se mostró totalmente incompetente para afrontar una emergencia climática: un terrible ciclón había desolado la región que entonces aún pertenecía a la India.
Ahora, una joven bangladesí, Wasfia Nazreen, se ha propuesto escalar siete de las montañas más altas del mundo por todos los continentes. Su aventura empezó en julio de 2011. Comenzó el viaje recorriendo subiendo algunos de los picos más altos, como el Monte Kilimanjaro, en África, o el Elbrus, en Europa. Sus esfuerzos en el próximo 2012 se moverán hacia el oeste, hacia el Monte Everest, el McKinley y otros de los picos más altos del planeta.
Wasfia es una activista en la defensa de los derechos humanos y el desarrollo de los países pobres. Su idea es alcanzar las más altas cimas del mundo para señalar la resistencia de su pueblo, un país que sigue adaptándose, enfrentándose y sobreviviendo tenazmente a los desastres naturales que les toca sufrir sólo por el hecho de estar ubicados geográficamente en una zona de riesgo climático. Wasfia quiere que el mundo escuche a Bangladesh.
Bangladesh es uno de los países que lideran el índice de riesgo de cambio climático global. Se enfrenta a graves peligros por el aumento del nivel del mar y por los patrones climáticos erráticos y cada vez más extremos. El país quiere y debe adaptarse al cambio climático, lo que requerirá una gran resistencia y el apoyo de todos sus ciudadanos. Es todo un desafío como nación. Wasfia es la imagen de la resistencia y la lucha de Bangladesh.
Todo ello va acompañado de una fundación, la Bangladesh on Seven Summits Foundation (o Fundación de Bangladesh y las siete cimas), que quiere entrenar y educar a chicas jóvenes en deportes de aventura y a estudiar los espacios naturales. Además, Wasfia cree en fomentar y promover a las comunidades indígenas como parte integral de la solución climática. Un ejemplo de coraje, el coraje que todos tenemos que tener para enfrentarnos al gran problema global.