Parece que los métodos para combatir el cambio climático caminan más hacia la absorción de las emisiones que hacia la disminución de las mismas, hacia el método paliativo en vez de enfocar los esfuerzos en la prevención. Se investigan dos nuevos materiales que son capaces de absorber el dióxido de carbono (CO2).
Uno de estos materiales está siendo estudiado por la empresa Geosilex Trenza Metal, en España. Se trata de un proyecto de investigación en colaboración con la Universidad de Granada que ha tenido como resultado la patente de un nuevo material de construcción denominado Geosilex, una cal con una elevada capacidad de absorción de CO2 ambiental.
La materia prima de este producto son desechos industriales. En la producción de un gas llamado acetileno se genera un residuo cuyo componente fundamental es el hidróxido cálcico. Hasta ahora, este gas se desechaba. La idea es recogerlo, tratarlo para retirar las impurezas y prepararlo para la nueva función.
El material resultante se seca y se suministra en polvo, siendo compatible para realizar mezclas con las cenizas de centrales térmicas de carbón. Estas cenizas son silicatos solubles que se pueden convertir en un material que sustituya al cemento. Así, la huella de carbono de la producción del nuevo material equivale a cero, ya que procede de residuos de otro proceso industrial.
Pero, además, se puede emplear como absorbente de CO2 en chimeneas de industrias como las propias cementeras. El proceso es, pues, doblemente beneficioso: por un lado, contribuye a reciclar residuos y crear un material de construcción con una huella de carbono cero y, por otro, capta CO2.
Otro grupo de científicos, en este caso, de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, investigan en esa misma línea. Han creado un material poroso capaz de absorber el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. El hallazgo ha sido publicado en la revista científica Nature Materials.
Los investigadores han desarrollado un entramado de metal orgánico con forma de panal que, según explican, se puede considerar una nueva clase de material poroso. La estructura del material permite la absorción selectiva del dióxido de carbono. Otros gases, como el nitrógeno, el metano o el hidrógeno, pueden pasar a través de él.
Según Martin Schröder, de la Escuela Universitaria de Química, las propiedades de este nuevo material residen en su estructura única. La captura y almacenamiento de CO2 podría limitar las emisiones atmosféricas de carbono derivadas de la actividad del hombre y ayudar a solucionar el calentamiento global. Pero mejor sería emitir menos gases perjudiciales para el medio ambiente.