El clima del planeta cambia. Siempre lo ha hecho. A largo plazo. Hay periodos conocidos como glaciaciones, en los que bajan las temperaturas y los hielos de los polos y los glaciares se expanden, y periodos que se llaman interglaciares, que transcurren entre una glaciación y otra. Estos periodos duran miles de años. La última glaciación ocurrió hace 10.000 años.
El clima del planeta cambia de forma natural, sí, pero el ser humano está contribuyendo a una aceleración del proceso. Es el cambio climático, que tal vez se debería llamar, para ser más precisos, la aceleración del cambio climático. Las actividades del ser humano emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera (dióxido de carbono, metano y otros), que aceleran el proceso de calentamiento global.
El cambio climático actual afecta directamente al tiempo meteorológico. En general, los eventos climáticos son más extremos y más frecuentes. Así, habrá más tifones, huracanes, nieve en lugares donde no se espera, sequías más prolongadas, más tornados, más lluvias torrenciales (que producirán, en muchos casos, inundaciones). Incluso los últimos estudios aseguran que la actividad volcánica está aumentando por el cambio climático.
Un sistema complejo
El planeta es un sistema complejo e interrelacionado. Lo que ocurre en una región puede afectar a otra o a todo el planeta. El ejemplo más claro es el deshielo de los polos y Groenlandia, que está provocando una subida del nivel del mar en las costas de todo el mundo.
Los datos demuestran que la temperatura media de la superficie de la Tierra ha aumentado, aproximadamente, en 0,6 ºC, desde principios del siglo XX hasta los años cuarenta. Los últimos años la temperatura del planeta ha seguido aumentando y, además, de forma acelerada, lo que ha provocado terribles eventos climatológicos, como la grave sequía en el Sahel o la que se vive en Estados Unidos, desplazamientos en los monzones y huracanes tropicales (ahí está el caso de Sandy, el huracán que llegó hasta Nueva York) y olas de calor o de frío en Europa.
¿Es posible la predicción del tiempo?
En el corto plazo, sí. Es relativamente fácil saber qué tiempo va a hacer mañana. Incluso, pasado mañana. Pero, a medida que nos alejamos del presente, la predicción resulta más difícil o, en otras palabras, el margen de error se amplía. Con todo, hace años que los meteorólogos y expertos climáticos habían avisado de que los fenómenos climáticos extremos iban a ser más frecuentes y así ha sido.
Debido a esta incertidumbre en el largo plazo, los científicos que estudian el clima trabajan según distintos modelos climáticos. Así, hacen sus predicciones basándose en distintos escenarios. Por ejemplo, aumentos de temperaturas de 1, 2, 3 y 4 ºC. Es la manera de trabajar en predicciones a mayor escala y en el largo plazo.
En este sentido, los ordenadores han resultado ser de gran ayuda para los expertos en el clima, ya que pueden procesar miles de millones de datos en poco tiempo y ofrecer proyecciones climáticas más fiables.
Otra de las dificultades a las que se tienen que enfrentar los climatólogos es a la dificultad de observaciones detalladas de algunos procesos físicos. Un claro ejemplo es el estudio de las nubes y su respuesta al cambio climático.
Las observaciones climáticas para realizar predicciones analizan datos meteorológicos como la temperatura, la cantidad de precipitaciones, el viento, la presión atmosférica, etc. Actualmente, y en el ámbito local, se puede predecir el tiempo de forma bastante fiable para, como máximo, los siguientes siete días.
Pero, a largo plazo, hay que tener en cuenta que el clima es caótico. Por ello, es importante que las decisiones políticas relacionadas con el cambio climático consideren varios modelos. Aunque, hay ciertos hechos que ya no se pueden obviar: el planeta se calienta y la culpa es del ser humano, especialmente, de la quema de combustibles fósiles.
Es doloroso ver a estos animales que sufren y mueren por culpa del ser humano que no quiere cambiar sus hábitos.
no me gusta ver q sufra los animales
me gusto mucho