Nuevo método más eficiente para capturar carbono


No hay otro camino para un medio ambiente saludable y lograr la mitigación del cambio climático que la generación de energía a partir de fuentes renovables. Pero, por desgracia, en la actualidad, la mayor parte de la electricidad consumida en todo el mundo proviene de las plantas eléctricas de carbón.

Como método alternativo (hasta que se logre la definitiva transición a un mix renovable) para mejorar estas plantas, investigadores de todo el mundo tratan de obtener tecnologías de carbón limpio (aunque esto es una contradicción) que ayuden a reducir las emisiones asociadas. Son los métodos de captura de carbono.

En el ámbito universitario, un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Ohio están experimentando con una tecnología que reduciría las emisiones hasta en un 99%. Por su parte, investigadores de la Universidad Monash de Australia trabajan en un método similar.

El equipo de investigación australiano ha descubierto una forma innovadora de almacenar eficientemente el dióxido de carbono (CO2) emitido cuando se quema de carbón. Además, este carbón recuperado, después, puede ser reciclado o convertido de una forma que no perjudica al medio ambiente ni a la salud.

Producir energía con ese CO2


El material que ha desarrollado este equipo ha sido bautizado como «esponja de carbono» y es una estructura de metal orgánico o MOF (Metal-organic Frmaeworks), un material con compuestos cristalinos que se reúnen en grupos de átomos metálicos unidos por moléculas orgánicas. Este material se usa para almacenar hidrógeno, para purificar gas o separar gases, en catálisis o para fabricar sensores.

Este material llamado MOF ofrece gran superficie interna y resulta un candidato ideal para almacenar una buena cantidad de gases como el dióxido de carbono. El material desarrollado por los investigadores de la Universidad Monash se elabora mediante moléculas sensibles al azobenceno. Así, el MOF es capaz de absorber grandes cualidades de CO2, pero, al recibir luz solar, cambia su estructura y libera el gas almacenado. Este CO2 liberado se puede utilizar para producir energía o para otros usos.

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