Conocer el pasado, predecir el futuro


El Mar Muerto es un lago con una salinidad del 26% con sedimentos de azufre y fosfatos. La densidad del agua es tan alta que los bañistas no se hunden. Por otra parte, no hay seres vivos ni dentro del mar ni en sus orillas. Situado entre los estados de Israel, los Territorios Palestinos y Jordania, por sus especiales características, es un lugar visitado por miles de turistas cada año.

Pero esas mismas características, unidas a su situación geográfica (se encuentra a unos 400 metros por debajo del nivel del mar y se sitúa entre tres placas tectónicas: la arábiga, la africana y la euroasiática) y climatológica (se ubica entre dos zonas climáticas: la mediterránea y la desértica), pueden ser una ventaja a la hora de recabar datos para estudiar la historia del planeta.

La historia climática de la Tierra, según los científicos, puede servir para predecir acontecimientos futuros y para prevenirlos, si fuera el caso. Y las profundidades del Mar Muerto son el mejor libro de historia climática del mundo, si se consigue descifrar. En el fondo del Mar Muerto, bajo las saladas aguas que no permiten que haya vida, pueden encontrarse las causas del cambio climático, así como hacer previsiones del mismo.

Un equipo científico, dirigido por israelíes, excava en una porción de tierra que contiene millones de años de historia. Se extraen capas de sedimentos, de tierra, que contienen datos valiosísimos. En cada centímetro de tierra se pueden leer cien años de historia del planeta Tierra. La idea de estos científicos es excavar hasta la mayor profundidad conseguida hasta ahora.

Con la información descifrada, los expertos podrán saber qué fenómenos climatológicos y geológicos ocurrieron en el pasado: terremotos, inundaciones, sequías y otros desastres naturales. El proyecto está financiado con 2,5 millones de dólares (casi 2 millones de euros). Después de cuarenta días de recogida de datos, pasarán años de análisis y estudio de los mismos.

Si se reconstruye la historia climática del pasado, se podrá predecir el futuro del cambio climático. Analizar el pasado para conocer el futuro. Aunque lo que quizá sea mejor no saberlo y vivir tranquilos. El mismo Mar Muerto puede desaparecer en 2050 precisamente como consecuencia del terrible fenómeno global.

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