Cambio climático y emigración son dos palabras que, a priori, parece que no tienen relación. Sin embargo, sí están directamente vinculadas. Y es que los efectos derivados del cambio climático están generando que se produzcan movimientos poblacionales, que se van a intensificar en los próximos años si no se produce un gran cambio.
Movimientos migratorios
Esta relación se ha puesto de manifiesto en un estudio que han realizado dos investigadores de la Universidad de Columbia de Estados Unidos en el que se prevé que, a finales de este siglo, se multipliquen por tres las peticiones de asilo en la Unión Europea en relación al promedio que se ha registrado en los últimos 15 años.
Un incremento que los investigadores justifican por las emisiones de efecto invernadero en el caso de que no se invierta la tendencia y deje de producirse un aumento de las temperatura del planeta. No obstante, desde la investigación también se alerta que estas peticiones de asilo también crecerán en torno a una cuarta parte, aunque se experimentase una reducción en estas emisiones.
Estas migraciones se producirán sobre todo en las naciones más pobres en las regiones más cálidas, puesto que son las que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad en relación al cambio climático.
¿Cuánto aumentará?
Los cálculos realizados por los investigadores apuntan a que las solicitudes asilo crecerían en torno al 28% de cara al año 2100, porcentaje que equivaldría a alrededor de 98.000 peticiones adicionales cada año a la Unión Europea. Esta cifra se produciría con un aumento de la temperatura global de 1,8 grados centígrados.
En el caso de que las emisiones de efecto invernadero sigan con la tendencia actual y se produzca una subida de la temperatura de entre 2,6 grados centígrados y 4,8 grados centígrados, se podría producir en ese mismo horizonte un incremento del 188% de las peticiones de asilo a la Unión Europea. Un porcentaje que se traduce en más de 660.000 personas cada año.
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