Comienza un nuevo año y quizá sea el mejor momento para hacerse una pregunta. ¿Será éste el último año en el que aún podremos frenar el calentamiento global? No se trata de ser pesimista, pero cada día que pasa la humanidad se acerca más al punto de no retorno. No sabemos qué día será, ni siquiera qué mes o qué año. Pero lo que si podemos afirmar es que, con el estilo de vida actual, ese día llegará tarde o temprano.
Se puede culpar a empresas y gobiernos de la situación a la que hemos llegado. Pero lo cierto es que todos tenemos parte de culpa. No podemos seguir con los actuales sistemas de alimentación, transporte, energía, gestión de las ciudades, etc.
La Agencia Internacional de la Energía aventura la fecha para el punto de no retorno: el año 2017. Faltan, pues, cuatro años. Cuatro años para cambiar el modo de vida y de producción del sistema económico. Hay alternativas para un mundo más sostenible, para una economía más sostenible. Pero todos debemos cambiar nuestros hábitos de consumo.
Porque el cambio climático, ¿es culpa de las empresas que extraen petróleo o de las personas que usan coches, aviones y autobuses? Estamos sufriendo un clima más extremo. Pero las consecuencias pueden ser mucho peores. Y lo serán, a menos que hagamos algo al respecto. La producción de alimentos corre peligro, así como el suministro de agua potable. Por consiguiente, la salud pública también estará en peligro.
Aumento de hasta 6 ºC
Se continuar con el ritmo de consumo actual, la temperatura media global aumentaría entre 3,5 y 6 ºC, unos valores muy por encima del punto crítico. Hambrunas, pandemias, migraciones masivas de desplazados ambientales, conflictos armados por los escasos recursos, todo eso es lo que nos espera a mediados de este siglo. En el mejor de los casos, a final de siglo. O quizá sería mejor decir que les espera. A los que vivan entonces en este planeta.
¿Y nadie va a hacer nada por evitarlo? Cada uno de nosotros podemos contribuir con pequeñas acciones para frenar el calentamiento global, pero los que realmente deben moverse para cambiar las cosas son los dirigentes de las grandes potencias mundiales. Si, como dices, hay alternativas para un mundo y una economía sostenibles, y estamos comprobando como el estema actual tampoco funciona, ¿no está claro que deben cambiarse los hábitos? No logro entender lo que para muchos está tan claro, para otros se ve tan borroso.
Algunos lo tenemos claro. Pero la mayoría de los que ostentan el poder, no. Y muchos ciudadanos tampoco. Hasta que no lo viven en sus propias carnes. Después de que Sandy llegara a Nueva York seguro que muchos negacionistas se replantean sus opiniones.