El cambio climático afecta a países ricos y pobres


Pocos gobernantes tienen la valentía de presentar la situación como es en realidad. Lo políticamente correcto impera hoy en día. Pero algunos nuevos mandatarios sudamericanos, si bien pueden ser criticados por algunas de sus políticas, al menos ofrecen a la opinión pública una visión diferente, una visión frente a la que muchos ciudadanos de los países ricos cierran los ojos porque no quieren reconocer su parte de responsabilidad. Y, desde luego, el cambio climático es uno de los temas más susceptibles de declaraciones que azoten la conciencia de los países desarrollados.

Uno de estos políticos que no tienen pelos en la lengua es el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien afirmó en la conferencia sobre el cambio climático celebrada en Cancún que la lucha contra el cambio climático está más condicionada por razones políticas que por problemas técnicos. En otras palabras, es más un no querer que un no poder.

Estas duras palabras fueron dichas ante el rechazo de la comunidad internacional del proyecto, presentado por el Gobierno de Ecuador, para preservar Yasuní-ITT. La iniciativa Yasuní-ITT pretende dejar bajo tierra unos 846 millones de barriles de crudo que han sido localizados en una zona de rica biodiversidad a cambio de una contribución de 3.600 millones de dólares por parte de la comunidad internacional.

Rafael Correa pidió a los países pobres exigir responsabilidades a los ricos en la lucha para evitar el calentamiento global. Especialmente llamó a pedir explicaciones de por qué algunos se niegan a firmar la prórroga del Protocolo de Kioto. En su opinión, si se cambiaran las tornas, si los países pobres fueran los que más contaminan, los ricos los hubieran obligado a cumplir con los compromisos, incluso recurriendo a la fuerza o a invasiones militares. Correa acudió a una cita clásica, una frase que dijo Trasímaco a Sócrates, para acabar su exposición: «la justicia es tan solo la conveniencia del más fuerte».

Ojalá algún día, los gobernantes de todos los países, ricos y pobres, del norte y del sur, se den cuenta de que todos vivimos en el planeta y que todos tenemos que luchar juntos.

Rafael Correa sigue buscando financiación para su proyecto. Algunas organizaciones no gubernamentales están aportando dinero. También ha habido contactos con el Gobierno chino.

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