La inventiva criminal no parece tener límites. Uno no sabe si indignarse o admirarles. Desde luego, lo que ha ocurrido da una parte de razón a aquellos que piensan que el mercado de emisiones de dióxido de carbono no es un método efectivo para luchar contra el cambio climático, y, en cambio, sí es susceptible de robos y, si vamos más allá, lo es también de corrupción. El medio ambiente no se puede defender sólo con dinero. Hay que cambiar esta mentalidad.
El mercado europeo de derechos de emisiones de CO2 ha sido atacado por delincuentes y se encuentra cerrado temporalmente. Se trata, claro, de un robo a través de Internet. Los ciberdelincuentes han adquirido ilícitamente títulos por valor de unos 28,7 millones de euros. Este mecanismo tiene una forma de funcionar similar a la Bolsa. En 2010, se negociaron títulos por valor de 90.000 millones de euros. Una cantidad muy jugosa que no podía pasar desapercibida para los ladrones informáticos.