Un estudio de un investigador de la Universidad de Nueva York-Albany ha afirmado que un parque eólico en Texas ha subido las temperaturas locales nocturnas en 0,72 °C. ¿Es que la energía eólica aumenta el calentamiento global? No exactamente. Aunque tal vez sí el ambiente más próximo.
Como los aerogeneradores crean turbulencias, éstas hacen que el aire caliente se eleve por la noche en la atmósfera. Pero es importante aclarar que esta circunstancia no tiene ni el más mínimo impacto sobre el cambio climático global.
Pero, además, aunque ese cambio de temperatura muy local afectara al calentamiento de todo el planeta, no se podría comparar con la principal fuente de emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal responsable del cambio climático: las centrales térmicas de carbón y la quema de combustibles fósiles por el transporte.
En este sentido, en 2010, la energía eólica evitó 126 millones de toneladas de CO2 sólo en la Unión Europea, ya que no hubo necesidad de usar combustibles fósiles para generar la, por otra parte, necesaria energía. Por tanto, la eólica combate el cambio climático y no contribuye a él.
Así, vincular el citado estudio sobre los aerogeneradores de Texas con el cambio climático es poco menos que una sandez. El profesor Steven Sherwood, de la Universidad de New South Wales (Australia), afirma que el impacto de los aerogeneradores en las temperaturas locales es similar al que tienen algunos métodos que utilizan los productores de fruta para protegerla de la escarcha, como el uso de ventiladores.
En cualquier caso, el propio estudio señala que los cambios de temperatura mencionados son pequeños y que son necesarios más análisis en diferentes lugares del mundo para llegar a conclusiones definitivas.
Por su parte, la industria eólica lleva a cabo su propia investigación para que sus nuevos diseños tengan un impacto todavía más pequeño.
El cambio climático es un fenómeno global, inmenso y duradero. Que se mueva un poco el aire alrededor de las aspas no puede cambiarlo sustancialmente.