La UE quiere una planificación vinculante para Durban


Es cierto que la Unión Europea podría hacer más en la lucha por el cambio climático, pero hay que reconocer que trata de liderar la lucha y no esconde sus responsabilidades. Países desarrollados como Estados Unidos no se comprometen en el problema global, mientras que otros como China, que están viviendo un crecimiento económico sin precedentes, no van a colocar los problemas climáticos como prioridad.

En 2012 se producirá una cumbre mundial en la que se tratará el tema del cambio climático. En esa cumbre, que se celebrará en Durban, nos estaremos jugando el futuro del planeta (esta expresión significa, en realidad, la supervivencia del ser humano en este planeta, la Tierra seguirá existiendo, después de todo). La Unión Europea (UE) ha comenzado las reuniones previas a la Cumbre de Durban para tratar de llegar a un plan que conduzca finalmente a un compromiso vinculante internacional de reducción de emisiones de dióxido de carbono, lo que no se consiguió en la Cumbre de Kioto ni en ninguna otra reunión internacional que haya tratado el asunto.

La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, ha afirmado en Nueva York que, en la Cumbre de Durban, es necesario fijar un plan que marque una fecha en la que nos comprometamos a suscribir un acuerdo vinculante jurídicamente en el que formen parte todos los mayores responsables de las emisiones. En otras palabras, los países desarrollados y los que están creciendo como China, India, Brasil…

La comisaria está manteniendo numerosos encuentros bilaterales en Nueva York aparte de los debates de la Asamblea General de la ONU. Es urgente contar con un marco internacional común y vinculante. Esto tiene que ser una lucha de todos.

Europa siempre lo ha intentado. En opinión de la comisaria, es más práctico responder al cambio climático con un solo acuerdo mundial. Con todo, el debate para alcanzar el acuerdo es controvertido. El objetivo de la UE ante Durban es encontrar un camino común que conduzca a una situación de compromiso no sólo para los países desarrollados, sino también para los que están en vías de desarrollo y, sobre todo, para las economías emergentes.

Este último punto es esencial: las economías emergentes no van a comprometerse si no lo hace Estados Unidos, pero ya no hay tiempo para estas estrategias político-económicas. Todos tenemos que aportar. Estamos en una fase en la que dependemos los unos de los otros y en la que los compromisos deben ser igualitarios. China no es como la Unión Europea, Estados Unidos o Japón, pero tampoco es como Malí.

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