La virulencia de Sandy es mayor por el cambio climático


Los expertos están analizado el devastador comportamiento del huracán Sandy, y por lo visto, su gran virulencia se debe, en buen parte, al cambio climático. Es decir, sus efectos son entre «un 5 y un 10 por ciento más fuertes de lo que cabría esperar de una tormenta de estas características» a consecuencia del cambio climático, dice Kevin Trenberth, el director de Análisis Climático del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos.

Trenberth se apresura a explicar que no hablamos de una influencia decisiva, pero sí importante. Así, si bien es clave para entender su fuerza devastadora, ello no significa que esté dominado por el cambio climático. Por contra, sí le debe a él que «la temperatura del agua sea mayor, las olas más grandes y la lluvia más fuerte».

Este experto, uno de los más prestigiosos científicos especializados en la relación entre el cambio climático y los eventos meteorológicos extremos, dice que Sandy es una tormenta épica que podemos calificar de «histórica», precisamente, por razones relacionadas con el calentamiento global, como la elevación de la temperatura del mar hasta dos grados.

Cosecuencias devastadoras

A su vez, ello supone que hay «un 10 por ciento más de agua evaporada alimentando esa tormenta, y en consecuencia, en un 20 por ciento más de lluvia» de lo que debería haber, al menos en teoría.

A quienes les parezca poca cosa ese aumento del 5 o 20 por ciento de virulencia por el cambio climático, el científico tiene algo que decirles: «Ese porcentaje es tremendamente significativo y representa un tanto por ciento adicional que suele ser la gota que colma el vaso y que hace que las consecuencias puedan ser devastadoras».

En general, Trenberth cree que los eventos climáticos extremos que se vienen dando en lo que va de año, como la sequía y olas de calor en Estados Unidos, explican su gran poder destructor precisamente por el cambio climático. «Todos ellos hubieran sucedido también sin cambio climático, pero no hubieran roto todos los récords ni sus efectos hubieran sido tan mayúsculos».

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