La empresa de los tejanos más conocidos y reputados de todo el planeta, Levi Strauss & Co, quiere preservar el entorno para evitar que el cambio climático provoque un impacto letal en el cultivo de sus materias primas.
En concreto, busca impedir que el calentamiento global afecte de forma progresiva a los cultivos de algodón, su materia prima básica, por lo que invertir en cuidado ambiental ha pasado a ser una prioridad para la empresa, que acaba de publicar su primer plan estratégico para reducir su huella de carbono.
Así, por lo visto, al declive de ventas recién anunciado a consecuencia de la recesión económica a nivel mundial, la empresa teme también otra crisis, más si cabe, y es la ambiental. En efecto, el cambio climático puede ser un enemigo que haga caer sus ingresos hasta hacerla inviable, hasta forzar a la desaparición de las prendas de algodón para la venta masiva.
Sin embargo, en el caso de Levis podría no ser una estrategia de marketing exitosa, pues está demostrado que la mayoría de los clientes no quiere saber nada de los problemas del mundo cuando se trata de rascarse el bolsillo para comprarse unos pantalones vaqueros bien molones. En este caso, sin embargo, la oferta de algodón está en juego, y la responsabilidad corporativa en el área ambiental es, en realidad, un grito de socorro y un intento de salvarse a largo plazo.
Por lo tanto, bien está que reduzca emisiones de gases de efecto invernadero en oficinas, tiendas y centros de distribución, con una previsión de alrededor de un 24 por ciento en el 2020. Al tiempo, aumentará la inversión en energía renovable en un 20 por ciento en el mismo periodo de tiempo, y también aligerará la huella de carbono de otras marcas que posee, como Lyssol, Red Hot Frank o Clearasil.