Los cultivos bioenergéticos son una oportunidad para muchas zonas en el medio rural y para asentar población en determinadas áreas, además de contribuir a una mayor sostenibilidad. Sin embargo, ahora, se ha puesto de manifiesto que podrían ser perjudiciales para la biodiversidad. Es más, sus efectos se comparan al daño que genera el cambio climático.
El informe
Estos perjuicios han sido detectados a través de una investigación dirigida por el Centro de Investigación de Biodiversidad y Clima de Senckenberg y la Universidad Técnica de Munich, en Alemania, en colaboración con el Departamento de Biociencias de la Universidad de Durham, en Estados Unidos, en la que se observó que la expansión a gran escala de las producciones de cultivos bioenergéticas podría ser tan nociva como el cambio climático para la biodiversidad.
De hecho, los efectos de expandir los cultivos bioenergéticos para combatir, precisamente, el cambio climático, podrían tener efectos en la biodiversidad que se diferencian poco de los que se producirían si no se llevara a cabo la implementación de este tipo de estrategias de bioenergía, con independencia del cambio climático.
Un motivo por el que los investigadores consideran que urge considerar de forma cuidadosa la biodiversidad al expandir las tierras bioenergéticas como el cultivo de palma aceitera, maíz y colza.
Los más afectados
La expansión de estos cultivos haría así disminuir el número de determinadas especies en el mundo, factor al que hay que unir para este efecto las consecuencias del cambio climático. En concreto, se estima que el 36% de los hábitats de todas las especies de vertebrados en el mundo estarían bajo amenaza, incluyendo algunos con los que, en la actualidad, se está trabajando en su conservación.
Entre las especies más afectadas estarían la ardilla roja, que es en la que más potencial de pérdida registra con un 46%, seguida del erizo con un 44%. La incidencia también sería importante en el caso del estornino común, cuya repercusión se cifra en el 15%.
Artículos relacionados: