El 2 de febrero se celebra el Día de los Humedales, unos ecosistemas esenciales para la conservación del medio ambiente y la mitigación del cambio climático. Las organizaciones ecologistas denuncian que los humedales están más amenazados que nunca, algo que agrava el problema del cambio climático y pone en peligro estas esenciales fuentes de biodiversidad.
Los humedales tienen gran importancia en la mitigación del calentamiento global porque son grandes sumideros de carbono. Hay que salvar y cuidar estos ecosistemas para conservar la biodiversidad y, en definitiva, el planeta. Los humedales están sometidos a cada vez más presión y su futuro cada vez es más incierto.
Entre los grandes problemas que afectan a los humedales, se pueden citar la sobreexplotación de los recursos, la contaminación, el cambio climático, la destrucción de los hábitats y las especies exóticas invasoras. En especial, los pequeños humedales costeros están siendo masacrados, en muchos lugares, después de haber sufrido una incesante actividad urbanística y donde ahora se usan como vertederos.
Los ecologistas también reclaman un cambio urgente en la forma en que se gestiona el agua. Humedales emblemáticos en España, como Las Tablas de Daimiel o Doñana, no están exentos de la amenaza si no se aprueban planes hidrológicos que permitan agua suficiente para los humedales y se acaban con los 12.000 pozos ilegales que amenazan con desecarlos.
Por último, cabe recordar que España se enfrenta a una multa de más de siete millones de euros si se retrasa aún más en la aprobación de tales planes. Es un problema serio. Supone el peligro de la escasez de agua para la biodiversidad y quedarnos sin los servicios que ofrecen a la sociedad estos ecosistemas únicos, como el control de inundaciones y la depuración del agua.
El planeta es un sistema vivo complejo e interconectado. Si desaparecen los humedales, muchos otros problemas medioambientales vendrán detrás.