Los miembros de una expedición marítima francesa, que analiza las consecuencias del cambio climático, han desembarcado en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, tras tres años de navegación por los mares del mundo. La expedición se llama Tara Oceans, como el barco de 118 pies de eslora que ha cubierto 70.000 millas náuticas por los océanos Atlántico, Pacífico, Antártico e Índico para realizar estudios sobre los efectos del calentamiento global sobre la biodiversidad y la vida marina.
En una conferencia de prensa celebrada en una de las salas del edificio de la ONU, los integrantes de la misión quisieron recalcar la importancia del plancton para la conservación de la vida en la Tierra. Además, alertaron sobre la amenaza del cambio climático para la cadena alimenticia marina.
Preservar la biodiversidad del mar, según estos científicos, frente a la contaminación de las aguas y la pesca excesiva, es esencial para que el ser humano sobreviva en este planeta. La expedición Tara Oceans está impulsada por una veintena de laboratorios de diez países y las conclusiones de sus investigaciones serán presentadas a la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible, celebrada el próximo junio en Río de Janeiro, Brasil. También cuenta con el respaldo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Agnès Troublé, del proyecto, defendió la importancia de la expedición, cuyo objetivo es estudiar exhaustivamente los ecosistemas de plancton marino que existen en el planeta, identificar los microorganismos que lo conforman y entender cómo interaccionan entre sí y con el resto del entorno. También se trata de saber cómo les afecta el cambio climático. Se trata de un complejo y desconocido ecosistema que permite que los océanos produzcan la mitad del oxígeno de la Tierra.
Para ello, la expedición ha recorrido 113.000 kilómetros a través de cuatro océanos, investigando en los efectos del calentamiento global en la biodiversidad de las aguas y la vida marina. Su intención es recabar el máximo de datos posibles, para, después, analizarlos en el curso de una década y conocer esos efectos. Además, trata de concienciar a la población allá por donde pasa.