Las temperaturas oceánicas siguen aumentando. Un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos de 13 institutos de todo el mundo ha puesto de manifiesto que el año 2020 se ha cerrado con las temperaturas oceánicas más altas registradas desde 1955 desde el nivel de la superficie hasta una profundidad de 2.000 metros.
Conclusiones
Este aumento de la temperatura se ha producido, incluso ante la pequeña bajada a raíz del confinamiento por la covid-19 en las emisiones globales de carbono. El informe también recoge que más del 90% del exceso de calor por calentamiento global es absorbido por los océanos por lo que este calentamiento es un indicador directo del calentamiento global.
Los investigadores consideran que las tendencias del cambio climático persistirán durante varias décadas, al menos, como consecuencia de la respuesta tardía del océano al calentamiento global.
Esto implica que las sociedades deben adaptarse a las consecuencias ahora inevitables del calentamiento constante. No obstante, el estudio indica que todavía hay tiempo para tomar medidas y reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
El estudio
Los investigadores han empleado un método desarrollado en IAP/CAS para calcular la temperatura del océano y su salinidad hasta 2.000 metros, registrando datos de todas las observaciones disponibles de la base de datos mundial de océanos.
Este análisis ha permitido descubrir que, en 2020, los 2.000 metros superiores de los océanos del mundo absorbieron 20 zettajulios más que en 2019. Una cantidad que permitiría, por ejemplo, hervir 1.300 millones de hervidores con 1,5 litros de agua cada uno.
El estudio también ha sacado a la luz otros efectos como la amplificación del patrón de sanidad del océano, así como una mayor estratificación por el calentamiento de la capa superior más rápido que en las secciones más profundas. Son solo algunos de los cambios sobre los que los investigadores alertan que podrían causar daños en los ecosistemas oceánicos con las consecuencias que esto conllevaría.
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