El año 2022 se ha cerrado con un total de 305 millones de toneladas de CO2, lo que supone un aumento del 5,7% sobre 2021, ejercicio en el que las emisiones de gases de efecto invernadero en España se situaron en 288,6 millones de toneladas de CO2 equivalentes.
Los datos
Estos datos se extraen del último informe ‘Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España’ del Observatorio de Sostenibilidad. Este mismo estudio refleja la evolución creciente que se ha experimentado en las últimas décadas, pasando de los 290 millones de toneladas de CO2 equivalentes en 1990 a los 442 millones de toneladas de CO2 equivalentes en 2005.
Las emisiones han seguido creciendo, observándose particularidades en el año 2020, ejercicio en el que se produjo la mayor disminución por la crisis de la covid-19. Sin embargo, con la vuelta a la normalidad, se ha producido un importante crecimiento a pesar de los altos precios del gas natural, el petróleo, la electricidad y de la guerra entre Rusia y Ucrania.
De acuerdo con los datos del informe, las emisiones sujetas al Comercio Europeo de Emisiones supusieron el 32% del total, mientras que los sectores difusos representaron un 67% de las emisiones totales y la aviación el 0,7%.
Otros datos relevantes son la disminución de la quema de carbón para generación eléctrica que aumentó en 2022 un 60% pese a ser una fuente ya considerada como marginal a diferencia del consumo de gas natural en las centrales de ciclo combinado, donde se experimentó un crecimiento del 61% el año pasado a pesar de los altos precios como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania.
La producción hidráulica cayó un 40% por la sequía, mientras que la eólica creció un 1% -este sector evitó la emisión de 30 millones de toneladas de CO2 equivalentes-, y la fotovoltaica un 33%.
Atendiendo a los gases, el CO2 supone el 80% aproximadamente, el amoniaco el 14%, el N2O el 6% y el resto se corresponde con HFC, PFC o SF6.
Artículos relacionados:
– Los emails también contaminan: generan hasta 50 gramos de CO2
– Las emisiones de CO2 bajan con la excepción de los sectores agrícola y residuos