El cambio climático se puede ver desde distintos punto de vista. Están los países que más contribuyen y, por otro lado, están a los que más va a afectar. Están los que toman medidas para frenar el proceso y los que no hacen nada. En definitiva, un fenómeno muy injusto. Todos esos diferentes países, cada uno con su problemática, están reunidos en Durban tratando el asunto y cada región tiene sus propios problemas y sus propios recursos.
Centroamérica, por ejemplo, quiere ser reconocida como una de las regiones más vulnerables ante el fenómeno del cambio climático. Así lo ha señalado en una conferencia de prensa el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador (MARN), Herman Rosa Chávez. Este comentario se hizo en la XXXV Reunión Extraordinaria de Consejo de Ministros de Medio Ambiente de los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que se ha celebrado en un hotel de San Salvador.
Es importante que se reconozca la vulnerabilidad de la región porque puede significar que se considere como una zona prioritaria para recibir la ayuda para combatir el fenómeno climático global. Pobres y ricos se aproximan al cambio climático en términos económicos. Así no se resuelve este problema.
Hasta ahora, la financiación que recibe la región para contrarrestar los efectos del cambio climático es escasa. A ello hay que sumar los pocos recursos con los que cuenta. Muchas de estas ayudas, además, no se usan para ampliar coberturas sociales, sino para reponer lo perdido en los desastres naturales. Así no se avanza. La situación queda estancada. Si los países desarrollados incrementan los fondos, estos países podrían enfrentar mejor los desastres naturales, ahorrando mucho dinero si los daños en infraestructuras y población disminuyen.
Otro proyecto que apoyan los países centroamericanos es la creación de un Fondo Verde para el Clima. Se trataría de un plan para ayudar a los países en desarrollo a responder al cambio climático y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin olvidar que los países desarrollados deben llegar a un nuevo compromiso para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre 1930 y 2008, Centroamérica sufrió 248 eventos extremos asociados a fenómenos climáticos y meteorológicos. En las últimas cuatro décadas, los fenómenos de origen climático han producido pérdidas por 13.642 millones de dólares en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, según datos del SICA.