Agricultoras peruanas conservan las semillas nativas


Las plantas se adaptan a los cambios ambientales producidos por el cambio climático. Por ello, es importante para la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad, guardar semillas de las diferentes variedades de cultivos. Es lo que hacen las campesinas peruanas, que seleccionan y almacenan semillas para asegurar su preservación.

A pesar de esta importante labor, estas campesinas son ignoradas por las autoridades. Su conocimiento, su saber proveniente de la experiencia, que podría ser usado para llevar a cabo políticas eficaces de adaptación al cambio climático, es ignorado.

En Perú, desde tiempos ancestrales, transmiten este conocimiento de forma oral. Unos conocimientos que hoy resultan insuficientes ante lluvias inesperadas, heladas extremas, vientos huracanados y otros fenómenos ocasionados por el cambio climático.

El estatal Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología proyecta un aumento generalizado de la temperatura en Perú de entre 0,2 y 0,5 ºC para el periodo 2030-2050. Se prevé una mayor alteración de los ciclos de lluvias y, por consiguiente, problemas en la producción de muchos cultivos.

Las actuales dificultades para mujeres y familias rurales dependientes de la agricultura empeorarán aún más: al cambio climático hay que sumar las desigualdades de género. Hay que encontrar alternativas viables de adaptación a medio y largo plazo. La pequeña agricultura es una de las áreas de mayor vulnerabilidad frente al cambio climático. Las mujeres padecen para abastecerse de agua por el incesante deshielo de los nevados y las sequías, o pierden los cultivos por heladas e inundaciones, ha señalado Elena Villanueva, del Programa de Desarrollo Rural del feminista Centro Flora Tristán.

Un interesante proyecto que se intenta llevar a cabo, a pesar de no contar con apoyo de los gobiernos peruanos: conservar el conocimiento y los saberes prácticos de las mujeres en torno al cuidado y preservación de las semillas nativas.

Está demostrado que estas semillas son más resistentes a las plagas y enfermedades generadas por los cambios bruscos del clima, porque en su cultivo no se han usado químicos. Tienen capacidad para adaptarse a otros pisos ecológicos donde las mujeres podrían continuar con su actividad agrícola.

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