Diferentes puntos de vista ante la Cumbre de Durban


Cuanto más se acerca la Cumbre de Durban, más claro parece que no se va a llegar a un acuerdo. Los resultados de esa importante reunión tendrán resultados globales durante años. Y, desgraciadamente, parece que esas consecuencias van a ser bastante negativas. Varios temas se debatirán desde el 28 de noviembre en la ciudad sudafricana, todos relacionados con la manera de enfrentarse al cambio climático, el mayor reto de la humanidad en la actualidad, desde los fondos de ayuda para países en desarrollo hasta la falta de compromiso de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, esto es, China y Estados Unidos. Además, es esencial un acuerdo para por convencer a los países del poderoso grupo conocido como BASIC, Brasil, Sudáfrica, India y China.

Es cierto que los países occidentales tienen una fuerte responsabilidad por el cambio climático en el pasado. Lo que se está produciendo ahora lleva gestándose durante décadas, quemando combustibles fósiles que hacían funcionar sus industrias, haciendo crecer sus economías y aumentando el bienestar de sus ciudadanos. Pero el caso es que no se sabía lo dañino del proceso para el medio ambiente y ahora sí se sabe.

Partiendo de lo anterior, los países emergentes quieren una distribución que ellos consideran justa y equitativa: que las emisiones en el futuro se repartan también según el pasado. Dicho de otro modo, que no sólo cuenten las emisiones actuales, sino todas las emisiones que se han producido durante décadas hasta la actualidad.

Además, quieren que los países industrializados sean absorbentes netos de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, bien con industrias y comportamientos más ecológicos y reduciendo sus emisiones, bien compensando con ayuda económica a países pobres y en vías de desarrollo.

Según algunos cálculos manejados por estos países emergentes, en la primera mitad de este siglo XXI, el mundo desarrollado debería absorber entre 239.000 y 474.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, mientras que los países en desarrollo podrían seguir emitiendo.

La pregunta es: ¿hasta qué punto están dispuestos los países BASIC a presionar a los más industrializados? La discusión, en definitiva, se centrará en el dinero. Pero cuando el cambio climático sea irreversible, y nos estamos acercando peligrosamente a ese punto, el dinero no valdrá nada.

Otra crítica a los países más ricos es que, algunos de esos recursos económicos prometidos no son ayuda nueva y adicional, sino programas y presupuestos de ayuda que ya existían y que se han cambiado después de la Cumbre de Copenhague. Algunas ONG han señalado lo mismo.

Es un tema muy complejo y en el que es preciso tener una visión amplia y tratar de llegar a acuerdos justos. El futuro del planeta se va a decidir en unas semanas.

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