Estados Unidos ayudará a las islas del Pacífico a adaptarse al cambio climático


Un dato terrible directo a la culpabilidad ecológica: a no ser que la energía de tu casa se genere únicamente con fuentes de energía renovables, cada vez que enciendes la luz o usas un aparato eléctrico, una isla del Pacífico se hunde un poco más. Terrible, ¿verdad? Son miles de islas de poco altitud y se convertirán en los primeros países que se hundirán porque el nivel del mar continúa en un ascenso constante. También cada vez que giras la llave para encender tu coche, a no ser que sea eléctrico.

Además de desaparecer bajo las aguas, estas islas tienen otros graves problemas: la falta de agua potable, la decoloración de los corales, la subida de las temperaturas, tormentas más destructoras y otras consecuencias del cambio climático. Por ello, sus habitantes tratan de reducir y, si es posible, evitar totalmente, las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Seguramente sean los países que menos contribuyen al calentamiento global. Por la cuenta que les trae. Pero, ¿y los demás?

En este sentido, Estados Unidos no se quiere quedarse de brazos cruzados. Durante el último año, ha preparado proyectos diseñados para ayudar a algunos países insulares del Pacífico para que se preparen ante las amenazas causadas por el calentamiento global.

La directora de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, por sus siglas en inglés) para la misión de las Islas del Pacífico, Gloria Steele, ha señalado que la institución, como parte del Proyecto de Adaptación al Cambio Climático, trabajará con las comunidades locales que viven en la costa en varios ámbitos. El objetivo es identificar la infraestructura que pueda ser mejorada para ser más resistente la cambio climático. Los proyectos se llevarán a cabo en colaboración con las comunidades, ONG y empresas privadas.

La respuesta debe ser global


¿Será suficiente la iniciativa estadounidense para salvar todas las islas del Pacífico? Probablemente, no. Pero, al menos, es un paso. Sería más efectivo no aumentar las emisiones en el resto del mundo, en vez de impulsar proyectos de resiliencia en una zona concreta.

Algunos de los proyectos son la restauración de los manglares, ya que funcionan como amortiguadores de las mareas, proyectos para proteger la producción agrícola y el desarrollo de políticas pesqueras sostenibles.

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