En 2010, en algunos momentos, se incrementó la producción de electricidad a partir de energías renovables, hasta representar el 46,2% del total de la electricidad producida. Las energías limpias que más produjeron fueron la eólica y la hidráulica. Todo ello ha supuesto que las emisiones de dióxido de carbono se redujeran un 28,7% respecto a 2009. Así lo recoge el «Observatorio anual de la electricidad» elaborado por la organización World Wildlife Fund for Nature (WWF). No todo son datos positivos: ha existido un incremento puntual de las emisiones por el uso del carbón autóctono y por el avance de la producción de energía nuclear.
La organización medioambiental WWF señala también que el año pasado mejoró la calidad de la electricidad (que pasó de la calificación C a la calificación B), entre otras causas, porque se está produciendo una mayor y mejor integración de las energías renovables en la red. Además, hay que contar con las fuertes y copiosas lluvias y la gran cantidad de viento que se produjeron, lo que incrementó de forma considerable la producción de energía hidráulica y eólica.
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