Lord Nigel Lawson es un político conservador británico y periodista. Fue ministro de Hacienda en el Gobierno presidido por Margaret Thatcher, entre junio de 1983 octubre de 1989. Además, es un escéptico del cambio climático y niega que el calentamiento global esté teniendo lugar a un nivel tan alto como el que afirman los científicos.
En 2004, junto con otras seis personas, Lawson escribió una carta al periódico The Times criticando el Protocolo de Kioto y afirmando que existían incertidumbres científicas en el asunto del cambio climático. En 2005, la Cámara de los Lores, de la que Lawson es miembro, llevó a cabo una investigación sobre el cambio climático. A veces, uno se pregunta que lleva a una persona, en principio, instruida, educada e informada, a tener estas opiniones. Todo puede tener una explicación.
El periódico The Guardian lo ha averiguado. El escéptico Lord Nigel Lawson tiene intereses en una de las fuentes más contaminantes de Europa, la central térmica que se alimenta de carbón de Belchatow, en Polonia. Él lo niega. O afirma que eso ocurrió hace mucho tiempo.
El periodista le preguntó por otras cuestiones, como si era apropiado que otro escéptico, el profesor Ian Plimer, que forma parte del consejo asesor sobre el cambio climático de la organización Global Warming Policy Foundation, impulsada por Lawson, después de haber sido nombrado director de una compañía carbonera australiana. Lord Lawson respondió: «Puede ser que, dadas sus nuevas responsabilidades, el profesor Plimer elija dimitir, pero es asunto suyo».
El periodista preguntó al propio profesor Plimer si iba a renunciar. Hasta ahora, no ha contestado a la pregunta y continúa en su puesto.
En fin, los vínculos financieros entre Lord Lawson y las compañías que extraen y comercializan combustibles fósiles y la fundación que patrocina, la Global Warming Policy Foundation, parecen suficientes para desmontar cualquier afirmación sobre escepticismo climático, tanto de Lawson, como de pretendidos grupos de expertos auspiciados por semejante Lord.
Señores, dejen a los científicos trabajar.