Fertilizar el océano con hierro para combatir el cambio climático


Frenar las emisiones de dióxido de carbono hundiéndolas en el fondo del mar es, cuanto menos, una ingeniosa idea. Ahora falta que realmente funcione según el modo en el que se ha ideado, es decir, fertilizando los océanos con hierro para propiciar el crecimiento de unas pequeñas algas marinas que se hunden en el océano y se llevan con ellas el CO2. Precisamente, en su dispar eficacia radica el principal problema.

Suena bonito, aunque lo cierto es que prevenir sería muchísimo mejor. Pero como solución técnica, ante hechos consumados, tampoco está nada mal. De hecho, fertilizar el agua del mar con hierro en polvo es la propuesta más estudiada por la geoningeniería como posible solución para mitigar el cambio climático.

Aunque la idea no es nueva, antes de poder poner el método en práctica serían necesarias más investigaciones. La última ha sido un experimento llevado a cabo con el barco alemán de investigación llamado Polarstern, el único de los 12 realizados hasta ahora que muestra que, una vez que las algas morían, el carbono orgánico de las mismas acabó sedimentado en el fondo del océano.

Michael Steinke es crítico con esta posiblidad. Este profesor de la Universidad de Essex en el Reino Unido, considera que a pesar del éxito del estudio, en el que no participó, cada trozo de océano es distinto. Para él, esta es la conclusión que podemos extraer de la falta de buenos resultados en anteriores experimentos. Por lo tanto, «cada uno precisa de la mezcla correcta de nutrientes y el tipo correcto de organismos y ésta no es una solución global», concluye Steinke.

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