La contaminación produce un tipo de nubes que generan calor


Una ola de calor (como la que se vive en la actualidad en España) se lleva mejor en el campo. En las ciudades, se condensa el calor, se acumula en el asfalto y, aun por la noche, la temperatura no baja. Pero, además, la contaminación del aire puede calentar la atmósfera a través de esos nubarrones tan típicos de las tormentas veraniegas. Calor, contaminación, coches y asfalto: un cóctel explosivo en estos días.

Según los resultados obtenidos en una investigación basada en modelos digitales y desarrollada por el equipo de la química Jiwen Fan del Laboratorio Nacional estadounidense del Pacífico Noroeste, en Richland, Washington, Estados Unidos, este efecto de calentamiento queda, en parte, contrarrestado por el efecto neto de enfriamiento que ejercen otro tipo de nubes. Aunque aún no se sabe hasta qué punto.

La contaminación atmosférica causada por la actividad humana tiende a fortalecer a las nubes de tormenta, causando que sus topes superiores (que tienen forma de yunque) se desarrollen a gran altura y capturen más calor, especialmente, durante la noche, según el citado estudio.

Jiwen Fan argumenta que los modelos climáticos globales no reproducen dicho efecto, ya que las escalas en las que trabajan no incluyen las nubes de tormenta en detalle. La gran cantidad de calor atrapada por las nubes que han alcanzado un grado mayor de desarrollo gracias a la contaminación podría afectar potencialmente a la circulación regional y modificar los sistemas climáticos, ha afirmado Fan.

En lo que se refiere a su comportamiento dentro del sistema climático del planeta, las nubes son uno de los componentes menos conocidos.

Los típicos nubarrones de tormenta reflejan hacia el espacio gran parte de la energía solar que incide sobre ellas. Pero, por otra parte, atrapan el calor emitido por la superficie terrestre, bien sea por radiación o tomando el que trae el vapor de agua. Devuelven ese vapor de agua de regreso a la superficie en forma de lluvia, lo que hace de estas nubes una pieza fundamental del mecanismo subyacente en el ciclo hidrológico.

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