Según un informe científico, la costa de Luisiana podría quedar inundada al aumentar el nivel de las agua hasta un metro para 2100. Así lo señala un informe del Coastal Protection and Restoration Authority, el órgano rector del Estado sobre la zona costera. El informe quiere ser una ayuda para mejorar la capacidad del Estado para gestionar crisis costeras como la ocurrida tras el paso del huracán Katrina.
El informe advierte, de definitiva, que Luisiana es especialmente sensible a la subida del nivel del mar debido a la geología única del delta. En algunos lugares, la subida del mar puede ser de metro y medio. La desembocadura del río Mississippi es un estuario donde buscan refugio especies vegetales y animales de gran importancia.
Denise Reed, un geólogo de la Universidad de Nueva Orleans, ha dicho que las estimaciones del organismo estatal incluso se pueden cortas y que, si se acelera el deshielo de los glaciares, como, de hecho, está sucediendo, la subida del mar podría ser mucho mayor y ocurrir antes. También ha avisado de que no se puede esperar más para tomar medidas al respecto.
Los ciudadanos de Luisiana y sus gobernantes son especialmente sensibles, lógicamente, a cualquier asunto relacionado con el calentamiento global y apoyan las decisiones del Gobierno federal que vayan encaminadas a frenar el cambio climático. Pero también hay voces que niegan el calentamiento global, voces que confunden a los habitantes del sur de Luisiana. El propio gobernador del Estado es un negacionista. Ha declarado que no niega que el nivel del mar esté subiendo, pero que no tiene por qué ser debido a causas humanas.
Según los datos científicos, el estado de Luisiana ha perdido cerca de 1.900 kilómetros cuadrados de tierra desde la década de los años treinta del siglo XX y pierde cerca de 25 kilómetros cuadrados cada año.