Los últimos datos hechos públicos sobre las emisiones de CO2 dan un respiro porque se refleja un descenso, que se ha producido por primera vez en la serie inventariada en el período 1990-2020 en relación al año de referencia. Una bajada que no se ha registrado de forma generalizada en todos los sectores. Agricultura y residuos son los únicos en los que no hay disminución, aunque transporte sigue siendo el que más contribuye a las emisiones.
Las emisiones
De acuerdo con los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) recogidos en el Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del año 2020, se ha producido un descenso con el que el nivel de emisiones se sitúa por debajo del alcanzado en 1990.
En concreto, las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido un 6,4% en relación a 1990 y un 38,6% en comparación con 2005. De este modo, las emisiones brutas de CO2 equivalente se han situado en 271,5 millones de toneladas, lo que representa una caída del 13,7% sobre 2019.
Esta evolución responde principalmente a dos causas. Una de ellas es el aumento de la generación eléctrica con fuentes de origen renovable, mientras que la otra se corresponde con el descenso del uso del carbón.
Por sectores
La evolución ha sido desigual pro sectores de actividad. El transporte sigue siendo el mayor emisor, suponiendo el 27,7% del total en términos de CO2. Le sigue la industria con el 21,4% y la agricultura y ganadería con el 14,1% en su conjunto, es decir, entre las dos actividades.
El ranking se completa con otros sectores como la generación de electricidad con el 10,3% y consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional con el 8,2%. Tras ellos, se halla el sector de los residuos con el 5,1%, aunque es junto con agricultura y ganadería los únicos en los que no se ha producido descenso.
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