Lluvias intensas menos frecuentes en la cuenca del Ebro


En la cuenca del Ebro, España, las lluvias intensas son cada vez menos frecuentes. Así lo señalan dos estudios elaborados por investigadores españoles del Departamento de Suelo y Agua de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC de Zaragoza y que han sido publicados en las revistas Journal of Hydrology e Hydrology and Earth System Sciences.

Ambos trabajos los firman los mismos científicos, Santiago Beguería y Marta Angulo-Martínez. Aclaran, ante todo, que no se refieren a lluvias torrenciales, como las que en ocasiones (de hecho, recientemente) provocan crecidas en el río Ebro. Este tipo de lluvias son menos frecuentes y, por tanto, es más complicado llegar a conclusiones porque su estudio es más dificultoso.

Aún hay otro estudio más, un tercer trabajo, publicado en 2011 en la revista científica International Journal of Climatology, en el que Beguería participó y en el que se señalaba que no existe una tendencia anual en la intensidad máxima de las precipitaciones extremas.

Hay una hipótesis generalizada que afirma que, debido al calentamiento global, se producen episodios lluviosos más violentos y frecuentes, que son seguidos por sequías más intensas. Sin embargo, según Beguería, aunque estas afirmaciones pueden ser ciertas a escala global tienen sus matizaciones en el ámbito local.


Así, en la Península Ibérica, varios estudios demuestran que no existe un incremento de las precipitaciones extremas. Beguería y su equipo estudiaron la zona noreste de España y llegaron a la misma conclusión que estudios anteriores tras analizar la erosividad de la precipitación entre 1955 y 2006. Analizaron una base de datos de erosividad desarrollada a partir de registros de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) y la Confederación Hidrográfica del Ebro y observaron una disminución generalizada de este parámetro a escalas anual y estacional.

No se conocen las causas

El autor comenta que es difícil explicar las causas. Afirma, en este sentido, que el clima es un sistema caótico. Para algunos fenómenos, como el calentamiento global, hay un elevado consenso sobre las causas. Pero no ocurre lo mismo para otras variables climáticas.

Por tanto, como no se conocen las causas, tampoco se pueden predecir las tendencias en el futuro. En todo caso, debido a las consecuencias que tiene un cambio en la frecuencia y magnitud de las precipitaciones, este estudio evidencia que hay seguir estudiando el asunto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *