Nuevo método más preciso para calcular el carbono fijado por los bosques


Un trabajo desarrollado en el Instituto de Investigación en Gestión Forestal (UVA-INIA) de Palencia ha conseguido un método más preciso de estimación de la cantidad de carbono fijada en la biomasa forestal, lo que mejora cualquier otro utilizado hasta ahora.

El trabajo ha sido publicado en la prestigiosa revista Annals of Forest Science. Además de conseguir medir la concentración de carbono en varias especies arbóreas, como la de tres especies de pinos y dos de robles de Castilla y León, también obtiene un método que puede ser utilizado por cada país para medir a escala global (por país) la fijación del carbono en su masa forestal.

La importancia de este trabajo, dirigido por el profesor Felipe Bravo, estriba en su utilización para el cálculo para comerciar con créditos de carbono entre diferentes países, que tiene por objeto cumplir los límites de contaminación fijados en el Protocolo de Kioto. El trabajo permite extrapolar la medición a las especies y obtener una medición válida para que un país conozca la cantidad de carbono fijada en sus árboles y pueda aplicarla tanto en su contabilidad nacional como en el mercado de emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Los resultados de este estudio, que recoge las investigaciones de la tesis doctoral de Celia Herrero Aza y del trabajo fin de máster de Javier Castaño, ambos del Programa en Investigación en Ingeniería para la Conservación y Uso Sostenible de Sistemas Forestales, señalan que la concentración de carbono es distinta en cada especie, como también es diferente en los diferentes tejidos de cada una de ellas, como son la corteza y la propia madera, y en ésta se ha estudiado la albura y el duramen.

Las investigaciones concluyen que la concentración de carbono presenta una reducción respecto a las estimaciones habituales, basada en la simplificación aceptada internacionalmente de que el 50% del peso de la madera es carbono, en todas las especies estudiadas: en el caso del pino negral, es del 3,2%; en el pino silvestre, representa el 4,1%; y en el pino laricio, alcanza el 3,6%. Por otro lado, con respecto a los robles esta reducción es de un 4,3% en el rebollo y, en el roble, es de un 4,1%.

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