El secuestro de carbono, el depósito de gases de efecto invernadero bajo tierra (una medida no exenta de polémica para luchar contra el cambio climático) puede ayudar a reducir una quinta parte en la reducción total de las emisiones mundiales con el objetivo de que la temperatura global no aumente más de 2º C a finales de siglo. Sin embargo, la crisis financiera y la falta de apoyo de algunos Gobiernos, pueden retrasar estos planes, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
La consecuencia puede ser que la temperatura global aumente 3,5º C a finales de este siglo, lo que supondría un desastre medioambiental sin precedentes en toda la historia de la humanidad. No hay acuerdo en la aceptación del precio del carbono y otras actividades relacionadas con las emisiones de gases contaminantes.
El subdirector ejecutivo de la AIE, Richard Jones, ha señalado que esta situación puede causar estragos en el bienestar de toda la humanidad. Además, cuanto más tiempo pase sin llegar a un acuerdo, más difícil será luchar contra el cambio climático. La lentitud en la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y la situación financiera mundial hacen ser muy pesimistas en este asunto.
Según la AIE, la demanda de energía se ha más que duplicado en los últimos cuarenta años. Las previsión más optimista es que crecerá otro 35% para el año 2035, lo que supondrá que las emisiones de dióxido de carbono superen las 35 gigatoneladas por año.
Los expertos de la AIE afirman que, si se quiere alcanzar el objetivo de no superar un aumento de 2º C deberían ponerse en marcha unos 1.500 proyectos a gran escala de captura y almacenamiento de carbono en todo el mundo de aquí al año 2035. De momento, sólo 74 han sido anunciados.
Los procesos de CCS son caros. La crisis económica y la relajación de las instituciones que regulan el precio del carbono no ayudan a que este tipo de proyectos funcionen. Aparte de Europa, pocos países han establecido un precio para el carbono. Gobierno de Australia es un de los pocos que está intentándolo. Se cree que se fijará en torno a unos 23 dólares por tonelada de carbono. Pero para que estos proyectos sean viables económicamente, el precio debería alcanzar los 80 dólares por tonelada.
Estados Unidos no ha fijado todavía ningún precio, por lo que empresas e instituciones financieras no van a invertir en proyectos de CCS. Este país tiene 24 proyectos de CCS, pero la mayoría son para que extraer petróleo sea más eficiente.
Muchos proyectos se quedan en el camino y cada vez hay menos tiempo.