Se prevé un verano de mucho calor. La actividad solar se ha reactivado y las condiciones climáticas propias de La Niña harán que, durante el verano, aumenten las temperaturas por encima de la media. Desde hace décadas, sufrimos un calentamiento global en el planeta. Es un aumento de las temperaturas medias que no siempre se corresponde con unos meses en concreto. Los últimos años, a pesar del cambio climático, se han vivido, en el sur de Europa, veranos inusualmente suaves. Pero esto va a cambiar.
Se debe a la actividad del Sol, uno de los factores que más afecta al clima, en especial, al aumento de las temperaturas. Desde 2008 hasta mayo de 2011, el Sol tuvo una actividad mínima, lo que contribuyó a mitigar el calentamiento de la Tierra. Pero, a partir de ese mayo, el Sol empezó a recuperar su actividad normal, convirtiendo el año 2011 en el año más caluroso desde que se tienen registros.
En 2011, los dos primeros meses del año fueron algo más cálidos de lo normal. Más tarde, en verano, el clima fue extremadamente seco y caluroso, aunque julio tuvo unas temperaturas dentro de la media. El otoño y el final del año también resultaron secos y con temperaturas altas.
Se prevé que este aumento de temperaturas continúe durante los próximos meses, que se caracterizarán por una subida de temperaturas respecto a la media. Dicha subida será causada por una combinación del efecto invernadero y de la reactivación de la actividad solar. Por último, las condiciones oceánicas muestran rasgos de un fenómeno que se conoce con el nombre de La Niña. En el caso de la Península Ibérica, puede acarrear altas temperaturas y sequías. Aunque las condiciones oceánicas que caracterizan a La Niña se han ido debilitando durante las últimas semanas.
Será mejor que compres un buen abanico para este verano de 2012. La climatología no es una ciencia exacta. Ojalá, en este caso, se equivoque.