Año tras año, los récords de calor se suceden. Dentro de esta misma tónica, el 2016 ya va camino de seguir confirmando la regla. Aunque acabamos de atravesar su ecuador, para los científicos ya está prácticamente claro que podría convertirse en el año más caluroso de la historia desde que se tienen registros.
Los termómetros no mienten, y ante una realidad palmaria como ésta, el titular está servido: durante el primer semestre las temperaturas medias han batido un nuevo récord. En este periodo no solo se han superado los registros de temperatura media en el planeta, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), sino que también lo han hecho los niveles de dióxido de carbono emitidos. A su vez, el deshielo en el Ártico se ha acelerado.
Más eventos extremos
Según la OMM, autoridad mundial en cuestiones climáticas, el cambio climático está «alcanzando nuevas escalas«, en buena parte intensificadas por la intensidad del fenómeno climático del Niño de los últimos dos años, también uno de los más potentes registrados. Una vez desaparecido, como ya se esperaba, los gases de efecto invernadero siguen manteniendo la temperatura global en niveles cada vez más elevados.
En cuanto al mercurio, la temperatura media superó en 1,3 grados centígrados la media de la era preindustrial, a finales del XIX. Por meses, la organización destaca que junio fue el decimocuarto mes consecutivo más caluroso y el trigésimo octavo mes consecutivo en el que las temperaturas superaron la media del siglo pasado.
La OMM advierte que estos resultados se traducirán en un agravamiento y mayor frecuencia de los eventos extremos, como olas de calor, sequías, lluvias torrenciales y ciclones tropicales especialmente devastadores. Por último, se señala que el deshielo anual del Ártico se ha anticipado, así como cambios imprevisibles en los patrones de lluvia en todo el planeta.